Hace ya de eso más de 25 años, estaba en el último año de carrera, era inquieto, creía ver lo que otros no veían, quería hacer las cosas a mi manera, mejor, trazando mi propio camino.
Los tiempos no eran los actuales, no se llamaban startups, la universidad no nos preparaba, ni nos apoyaba. No había incubadoras, ni aceleradoras y nadie nos hacía caso en los medios. No había acuerdos con bancos para conseguir préstamos, ni mucho menos Enisas, CDTIs, Ekintzailes… No había crowdfunding, ni business angels, o no se llamaban así. Incluso a dos profesores de la universidad pública que nos apoyaron invirtiendo un pequeño capital para animar a dos estudiantes que querían emprender, les atacaron, les acusaron de querer aprovechar su situación como profesores públicos para sacarle partido en el entorno privado. Increíble.
Hoy en día todo esto ha mejorado muchísimo, se ha creado un entorno social y económico que favorece el emprendizaje y lo apoya. BerriUp es un claro ejemplo. Eso es fantástico y debes aprovecharlo, pero no te despistes, lo fundamental sigues siendo tú, emprendedor. Es como pensar que comprarte las mejores zapatillas de deporte te va a permitir acabar la maratón o porque te regalen la mejor guitarra vas a ser el próximo Jimi Hendrix. No, lo importante, lo fundamental para que tu idea salga adelante sigues siendo tú.
Igual que me pasó a mí, tendrás que superar muchas dudas. Tendrás que aprender a vender, a enamorar clientes, a generar confianza y motivación en tus empleados, a definir y apostar por los elementos diferenciadores de tu propuesta, a dar mil vueltas al modelo comercial, al precio, a tu público objetivo, a decidir si contratar más para poder crecer y si las ventas lo van a poder soportar o tienes que buscar financiación. Habrá grandes momentos de éxito, una gran venta, un premio, un reconocimiento, clientes que te felicitarán y te apoyarán. Y momentos duros, tensiones con tu equipo, algún cliente decepcionado del que aprenderás mucho, algún cliente intransigente que te ayudará a valorar a otros. También tendrás muchísimas anécdotas que recordarás con una sonrisa. Y es posible que también surjan diferencias o decepciones con tus socios, planteamientos de vida diferentes que quizás os distancien y os lleven por caminos distintos.
Todos estos años de emprendizaje me han enseñado que una empresa es una maratón sin fin, en la que hay que celebrar lo bueno y aprender de los tropiezos, levantando la cabeza y mirando hacia adelante. Muchas alegrías y muchas preocupaciones, pero una constante, cada paso será un aprendizaje que te hará estar mejor preparado para dar los siguientes. Debes tener siempre un horizonte, un lugar al que dirigirte que te facilite tomar decisiones, pero tener la flexibilidad para reorientar esa idea, ese horizonte, pivotar se dice hoy.
Para todas estos momentos y decisiones es importante que tengas cerca gente con experiencia, gente a la que puedas llamar con una duda, que te pueda dar su opinión sobre tu nueva estrategia comercial, a la que contarle tus momentos duros y te ayude a relativizarlos. Un mentor, un socio, un familiar… rodéate de alguien que te asesore, que te dé ideas y sugerencias. Te hará aumentar la velocidad de tu negocio y de tu aprendizaje. Eso sí, las decisiones son tuyas, tú creas tu camino.
SOBRE OSCAR
Es un empresario ilusionado con las posibilidades que generan las nuevas tecnologías. Desde la empresa de comunicación Arista, en 2009 lanza Wetak, donde actualmente sigue trabajando. Oscar tiene un perfil multidisciplinar gracias a su formación y a su experiencia en el mundo de la comunicación y en la creación y dirección de empresas.
¡Has dado en esas cosas que algunos emprendedores dejan “para más tarde” Oscar!
“Aprender a vender, enamorar clientes, generar confianza, motivación en los equipos…” ¡y sigues en tu artículo relatando los puntos claves en los que un emprendedor
debe poner las prioridades!
Sin eso, los proyectos pueden nacer con una rápida muerte anunciada…
Una empresa que nace sin saber cómo y dónde encontrará a dus clientes, por muy creativo e innovador que sea el proyecto, le auguro corto recorrido ¿A que sí?
Gracias, Oscar!!!
Buenísimo artículo!
A lo que comenta Juanjo, le añadiría también lo que comentas al fínal: la importancia de rodearse de gente con experiencia, que te asesore y te dé ideas. Es clave para ir avanzando. Pero ojo! No solo son buenos asesores aquellos que solo te dan palmaditas en la espalda diciendo lo bueno que es el proyecto. Hacen falta personas con capacidad de análisis crítico y que proponga alternativas.
Zorionak Oscar!
Muchas gracias Juanjo y Pedro.
Suscribo lo que comentáis. Totalmente cierto.