Startups y el debate “Emprendedor vs Empresario”

Presidente de Valetia y Orgalim

Por Publicado en: 2 de septiembre de 20241 Comentario

A menudo, perdemos tiempo en debates conceptuales que no nos llevan a conclusiones útiles. En mi opinión, el debate debería centrarse en cómo evolucionar de emprendedor a empresario. 

Un empresario, sin duda, necesita tener una dosis significativa de emprendimiento, que incluye tener visión, liderazgo, tolerancia al riesgo, tenacidad y flexibilidad. Además, en mi opinión, requiere de una vocación a largo plazo y una clara voluntad de generar valor para todos los grupos de interés, resolviendo necesidades reales de sus clientes, generando empleo de calidad, contribuyendo a la mejora del entorno en el que opera y aportando recursos a la sociedad a través de sus impuestos. Un empresario suele ser, con frecuencia, un emprendedor que ha tenido éxito con su iniciativa empresarial. 

Estoy convencido de que los emprendedores son necesarios y deben ser apoyados y reconocidos socialmente. Los emprendedores que logran convertirse en empresarios, liderando proyectos ambiciosos que generan riqueza y empleo, merecen un reconocimiento especial. El éxito de un emprendedor al consolidar un proyecto empresarial requiere mucho esfuerzo y generosidad, así como la implicación de personas, clientes, proveedores y administraciones. Como resultado, se genera riqueza tanto para el emprendedor como para la sociedad en su conjunto.  

No todas las iniciativas emprendedoras alcanzan el éxito. De hecho, solo unas pocas logran desarrollarse, crecer y consolidarse con el tiempo. Por ello, es relevante animar y apoyar a quienes apuestan por crear empresas. 

Es fundamental que la sociedad comprenda la importancia de que empresarios exitosos dediquen su tiempo, experiencia y dinero para apoyar iniciativas de emprendedores jóvenes y no tan jóvenes. Esto crea un ecosistema saludable de generación y compartición de riqueza que respalda y refuerza nuestro modo de vida privilegiado y costoso.  

Incentivar el espíritu emprendedor, reconocer el papel del empresario y favorecer la colaboración y el compromiso a largo plazo de todos en la generación de riqueza debería ser una prioridad para un país que mira hacia el futuro con ambición.  

Esta reflexión busca no solo transmitir mi opinión sino también provocar un análisis más profundo sobre la naturaleza y el impacto del emprendimiento y el liderazgo empresarial en nuestra sociedad.  

 


JAVIER ORMAZABAL

Javier Ormazabal desarrolla su carrera profesional en el grupo familiar Velatia. Después de 3 años de experiencia por diferentes departamentos, cogió las riendas de la empresa al mismo tiempo que lideró la expansión internacional. Posteriormente, manteniendo su posición de CEO de la compañía, gestionó personalmente la dirección de mercado hasta que, en 2012, se convirtió en presidente.   

Es presidente de Orgalim (Federación de las industrias tecnológicas europeas); miembro fundador de Aefame, la Asociación de la Empresa Familiar de Euskadi, donde ostentó el cargo de presidente durante 4 años (2015-2019); y forma parte de la Junta Directiva del Círculo de Empresarios Vascos, de la que fue su presidente (2018-2021).  

La actividad de los anteriores cargos la compagina con su participación en órganos de gobierno de empresas, asociaciones e instituciones de reconocido prestigio, como son: la Federación Vizcaína de Empresas del Metal (FVEM), el Consejo Asesor Regional Norte del BBVA, la Fundación Novia Salcedo, la Fundación Alejandro Echevarría y el Consejo Asesor de El Enebro.  

Por otro lado, en el pasado, ocupó la presidencia de Tecnalia Research and Innovation durante 6 años, participó como miembro en el Consejo Asesor de Ciencia, Tecnología e Innovación del Ministerio de Economía y Competitividad y fue miembro de la Junta Directiva del Clúster de la Energía.  

One Comment

  1. Pedro 3 de septiembre de 2024 at 12:30 - Reply

    Se puede decir más alto, pero no más claro. Comparto la idea de que un empresario suele ser un emprendedor que ha tenido éxito. Sin embargo, vemos que la figura del emprendedor está mejor vista socialmente que la del empresario. Con lo que nos lleva a la conclusión de que parece que lo ‘malo’ es tener éxito. No parece que tenga mucho sentido. Necesitamos este tipo de reflexiones. Gracias, Javier

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